9 Julio 2012
Reconoce usted al Rey ?
MATEO 24 : 9 " SERÁN ODIADOS POR CAUSA DE MI NOMBRE "
El “nombre” de Jesucristo es más excelso que el de los ángeles de Dios, en el sentido de que abarca o representa la enorme autoridad ejecutiva que Jehová ha delegado en él. (Heb 1:3, 4.) Solo podrán conseguir la vida eterna los que reconozcan ese “nombre” voluntariamente y se inclinen ante él, sujetándose a la autoridad que representa. (Hch 4:12; Ef 1:19-23; Flp 2:9-11.) Deben amoldarse sinceramente y sin hipocresía a las normas que Jesús ejemplificó, y obedecer con fe los mandamientos que dio. (Mt 7:21-23; Ro 1:5; 1Jn 3:23.)
¿Qué es el “nombre” de Jesús que hace que todas las naciones odien a los cristianos?
Algo que también ilustra este otro aspecto del “nombre” de Jesús es la advertencia profética de que sus seguidores serían “objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de [su] nombre”. (Mt 24:9; también Mt 10:22; Jn 15:20, 21; Hch 9:15, 16.)
Es evidente que este odio no se debería a que su nombre representaba a un Rescatador o Redentor, sino, más bien, a que representaba al Gobernante nombrado de Dios, el Rey de reyes, ante quien todas las naciones deben inclinarse en sumisión si no quieren ser destruidas. (Rev 19:11-16; compárese con Sl 2:7-12.)
Del mismo modo, es seguro que los demonios obedecieron la orden de Jesús de salir de los posesos, no debido a que Jesús fuese el Cordero sacrificatorio de Dios, sino a la autoridad que conllevaba su nombre como el representante ungido del Reino, aquel que tenía autoridad para llamar, no solo a una legión de ángeles, sino a una docena de legiones capaces de expulsar a cualquier demonio que tercamente resistiera la orden de salir. (Mr 5:1-13; 9:25-29; Mt 12:28, 29; 26:53; compárese con Da 10:5, 6, 12, 13.) Los apóstoles fieles de Jesús recibieron autoridad para emplear su nombre con el fin de expulsar demonios, tanto antes como después de su muerte. (Lu 9:1; 10:17; Hch 16:16-18.)
Cuando los seguidores de Jesús se refirieron a su “nombre”, usaron con frecuencia la expresión el “Señor Jesús” o “nuestro Señor Jesucristo”. (Hch 8:16; 15:26; 19:5, 13, 17; 1Co 1:2, 10; Ef 5:20; Col 3:17.) Lo reconocieron como su Señor, no solo porque era su Recomprador y Dueño nombrado por Dios en virtud de su sacrificio de rescate (1Co 6:20; 7:22, 23; 1Pe 1:18, 19; Jud 4), sino también debido a su posición y autoridad reales. Por la autoridad regia y sacerdotal que representaba su nombre, sus seguidores predicaron (Hch 5:29-32, 40-42), bautizaron a discípulos (Mt 28:18-20; Hch 2:38; compárese con 1Co 1:13-15), expulsaron a personas inmorales (1Co 5:4, 5) y exhortaron e instruyeron a las congregaciones cristianas que pastorearon. (1Co 1:10; 2Te 3:6.) De esto se desprende que aquellos a quienes Jesús aprobara para la vida nunca podrían poner fe o demostrar lealtad a ningún otro “nombre” como si representara la autoridad de Dios para gobernar. Deberían mostrar lealtad inquebrantable al “nombre” del Rey comisionado por Dios, el Señor Jesucristo. (Mt 12:18, 21; Rev 2:13; 3:8;
( PERSPICACIA VOL.2 - WATCHTOWER )